martes, 27 de septiembre de 2011

JURISDICCION Y SUPERVISION CONTABLE (I)

Ahora que se está poniendo de moda proponer medidas legislativas para reprender y sancionar los excesos de las administraciones, convendría recordar las ya existentes, y preguntarse hasta qué punto funcionan con eficacia.

El gasto y, en general, la actividad contable y presupuestaria de las administraciones está sujeta en primer lugar al control interno o supervisión de funcionarios específicos, clasificados en los distintos cuerpos de intervención.

En la administración local, sensiblemente afectada por los excesos aludidos, los interventores y secretarios interventores se denominaban antiguamente "claveros" por ser los depositarios de las llaves (del latín clávarius, según la RAE "persona que custodia las llaves", cléfs, o clés, en francés) de las cajas municipales, de forma que solamente podía disponerse de los fondos con su autorización e intervención.


De mi infancia en Salamanca recuerdo que estando en la entonces guardería de la Cruz Roja, junto a la plaza de Colón (cerca de donde se encuentra hoy la sede de los Juzgados) me negaba a salir al patio por miedo a que se nos cayera encima la Torre del Clavero, cuya sombra se cernia sobre nuestras infantiles cabezas.
Si los políticos españoles hubieran sentido un igual temor reverencial ante la presencia de sus claveros, otro gallo nos habría cantado.

viernes, 23 de septiembre de 2011

jueves, 22 de septiembre de 2011

VACAS FLACAS

Cumplidos más de cien días desde su toma de posesión, el equipo de gobierno municipal del Ayuntamiento de Palencia va tomando más conciencia del desolador estado en que se encuentran las arcas municipales.
Esta situación, generalizada en las administraciones públicas españolas, obliga a tomar decisiones presididas por la austeridad y el valor, más allá de las consecuencias políticas que una drástica reducción del gasto y las inversiones pueda tener.
La temeridad con que se ha derrochado el dinero público tiene un impacto fatal en la economía de las empresas y los autónomos, que tienen que competir en desventaja con las administraciones para tratar de acceder a las escasas líneas de crédito subsistentes en el sector financiero.
Si las cantidades que obtengan las administraciones por esta vía se dedican realmente a pagar las obligaciones pendientes, bien estará.
Pero si va a seguir la espiral de inversiones absurdas, proyectos faraónicos y demás derroches, mejor que se vaya cada uno para su casa.
Y por cierto: hasta el 31 de diciembre el equipo de gobierno sigue a tiempo de denunciar las irregularidades que se hayan podido encontrar. Pasado ese plazo, la herencia envenenada quedará en sus manos, y los autores de los desmanes serán los primeros en denunciarlos.