martes, 17 de junio de 2008

QUEDATE EN CASA


Con esta traducción al español se bautizó una serie americana de los años noventa, cuya banda sonora era una canción de R.E.M. del mismo título y pegadiza sintonía (”Stand in the place where you live”).

El protagonista, Chris Elliott, cuyo papel más memorable para mi gusto es el de amigo – mal amigo de Ben Stiller en la genial “Algo pasa con Mary”, el protagonista digo es un treintañón (treintañero más cercano a cuarentón) que vive todavía en casa de sus padres, y se dedica a repartir periódicos con su bici como si tuviera doce años. Cuando decide independizarse, en un arrebato del primer episodio, sus padres le animan e impulsan, de tal manera que una vez abandona el domicilio tiran la pared de su habitación para agrandar el cuarto de estar e impedirle cualquier retirada, cual Cortés quemando las naves.

En poco menos de quince minutos televisivos el inmaduro parásito se arrepiente de su decisión, y pretende regresar al hogar por todos los medios, hasta que se alcanza una solución de compromiso que le permite instalarse en el garaje, cerrándose el planteamiento de la trama de ulteriores episodios.

La batalla entre padres e hijo para defender unos y asaltar el otro el hogar familiar es de una tristeza hilarante, incluso para una comedia televisiva. Ya Danny de Vito afirmaba en “La guerra de los Rose” que la mayor parte de los problemas de la vida se resumen en dos: cómo hacer que se quede quien quiere marcharse, y cómo hacer que se marche quien quiere quedarse.

La prolongación de la permanencia en el hogar paterno más allá de cierta edad ha dado lugar a una literatura escrita y audiovisual abundantísima, y ahora es motivo de reclamo publicitario para un préstamo hipotecario que ofrece una de nuestras Cajas regionales señeras. El anuncio, ubicado entre otros lugares en pleno centro de nuestra calle Mayor, y con un tamaño considerable, presenta a un matrimonio de avanzada edad, aspecto abotargado y exagerado desaliño que más que arropar apachuja a un joven, no tan joven, que sostiene un cuenco de palomitas, entre resignado y apático.

No discuto que la imagen responde muy bien al mensaje del anuncio, y soy el primero en defender el sentido del humor, dentro de los límites de un cierto respeto, como herramienta intelectual en todos los aspectos de la vida. Tampoco pretendo arremeter contra una entidad a cuya provincia de procedencia debo mi infancia, que incluye recuerdos de la casa de su entonces futuro Presidente e hijos. Y entiendo, por último, que son otras circunstancias a menudo, y no la falta de madurez, las que obligan a algunos hijos a quedarse en casa hasta una edad avanzada.

Pero en una región, provincia y ciudad que se lo debe todo a nuestros mayores, el tratamiento de la imagen de los mismos podría y debería haber sido algo más respetuoso y cariñoso. Siquiera porque pese a toda su buena voluntad a menudo será ellos quienes más estén aguardando el ansiado momento de la emancipación de sus hijos, y no al revés.

Solucionar el problema consistente en cómo hacer que se marche quien quiere quedarse a veces es una tarea peliaguda. Que nos lo digan si no a los palentinos, que tenemos al Ayuntamiento a diario en periódicos y Juzgados, pero seguimos sin dar con la fórmula para emancipar a nuestro hijo predilecto.


P.D. Al parecer como se aprecia en la fotografía el título americano era "GET A LIFE" que podría haberse traducido al castellano como "Tío, búscate la vida".

1 comentario:

Anónimo dijo...

Muy bueno y extraordinariamente escrito, según mi modesta opinión. Un abrazo, de los que sabes.,