viernes, 24 de junio de 2011

¿LISTOS PARA LAS LISTAS ABIERTAS?


Vengo diciendo hace tiempo a quienes tienen la paciencia de escucharme que las reivindicaciones del movimiento del 15M deberían concentrarse en impulsar reformas del procedimiento electoral. En síntesis, y aceptando la democracia representativa como el menos malo de los sistemas posibles, creo que no tiene sentido ponerse a dar voces contra otros problemas (que los hay) sin impulsar previamente una renovación profunda de los mecanismos destinados a solucionarlos.

Las manifestaciones puntuales de violencia producidas so pretexto de la protesta, e inmediatamente repudiadas por la mayoría de las personas que se identifican con el movimiento, o simpatizamos con él, son un indicio claro de que el verdadero problema está en la forma en que se toman las decisiones, más allá de las decisiones en sí.

Por supuesto, la enfermedad ha producido daños my considerables ya en nuestro cuerpo social: paro, endeudamiento, incremento de las desigualdades, decepción e indignación son consecuencias de los errores de los hunos y los otros (la falta es consciente y debida al viejo Rector), pero también de la incapacidad del individuo para reaccionar frente a un sistema viciado.

La reforma del sistema electoral para implantar uno de listas abiertas no es, sin embargo, cuestión sencilla ni que pueda despacharse de un plumazo. Además de ser una bandera de enganche muy atractiva para los políticos más listos y listas (véase el caso de Esperanza Aguirre). La implantación práctica del sistema es tan compleja que no puede resumirse en un solo post de este blog, especialmente si lo que se pretende con ella es corregir el poder desmedido que tienen los partidos políticos en nuestro sistema.

Lo iremos viendo, pero vaya por delante también que estoy en contra de la inevitable disociación entre "políticos" y "ciudadanos" que preside la mayor parte de los razonamientos y críticas acerca de los primeros. En mi opinión el cambio previo debe producirse en el lenguaje (ese espejismo mediante el cual los seres humanos creemos comunicarnos), por lo que en lo sucesivo hablaré de ciudadanos con responsabilidades políticas representativas y ciudadanos con responsabilidades políticas no representativas.

El cambio pasa, además, por convertir el ejercicio de responsabilidades políticas en una actividad puntual, no profesional, de duración restringida en el tiempo y constantemente supervisada por la sociedad civil. Y por supuesto estoy abierto y listo para toda clase de comentarios.

Nota: tomo la imagen de la web www.bricoinventos.com. Merece la pena darse una vuelta.

2 comentarios:

Txomin Pérez dijo...

Pues muy de acuerdo. Y me parece importante lo del lenguaje. Como dice la RAE de "política".

8. f. Actividad de quienes rigen o aspiran a regir los asuntos públicos.

9. f. Actividad del ciudadano cuando interviene en los asuntos públicos con su opinión, con su voto, o de cualquier otro modo.

Habría que cambiarlas de orden... para que la 9 avance en intensidad y regule a la 8.

Saludos.

WALDEN dijo...

Ciertamente, o tal vez cambiar la expresión "del ciudadano" que induce al error de pensar que la 8 no está pensada para ellos.