jueves, 22 de septiembre de 2011

VACAS FLACAS

Cumplidos más de cien días desde su toma de posesión, el equipo de gobierno municipal del Ayuntamiento de Palencia va tomando más conciencia del desolador estado en que se encuentran las arcas municipales.
Esta situación, generalizada en las administraciones públicas españolas, obliga a tomar decisiones presididas por la austeridad y el valor, más allá de las consecuencias políticas que una drástica reducción del gasto y las inversiones pueda tener.
La temeridad con que se ha derrochado el dinero público tiene un impacto fatal en la economía de las empresas y los autónomos, que tienen que competir en desventaja con las administraciones para tratar de acceder a las escasas líneas de crédito subsistentes en el sector financiero.
Si las cantidades que obtengan las administraciones por esta vía se dedican realmente a pagar las obligaciones pendientes, bien estará.
Pero si va a seguir la espiral de inversiones absurdas, proyectos faraónicos y demás derroches, mejor que se vaya cada uno para su casa.
Y por cierto: hasta el 31 de diciembre el equipo de gobierno sigue a tiempo de denunciar las irregularidades que se hayan podido encontrar. Pasado ese plazo, la herencia envenenada quedará en sus manos, y los autores de los desmanes serán los primeros en denunciarlos.

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