miércoles, 22 de enero de 2014

TRES LUCES EN PALENCIA




Tengo a la vista tres fotografías tomadas recientemente al paso, con el móvil. La primera captó el interior en penumbra de un edificio de piedra, y se intuye un operario subido a una escalera, sosteniendo o ajustando un globo de luz. Me llamó la atención por tratarse del Palacio de Aguado Pardo o Casa Junco, tanto tiempo después de su reforma y al parecer próximo a abrir sus puertas de nuevo. Esa pequeña luz auguraba un nuevo recorrido al inmueble, fruto de la generosidad de sus propietarios y de la tenacidad de la Universidad que dará sin duda lustre y vida añadidas a nuestra habitualmente invariable Calle Mayor.
La segunda luz se esparce como una auténtica marea, una ola gigante, y procede del derribo del muro del solar del MOPU, en el acceso de la carretera de León y ante la Dársena del Canal. Da pues por fin fruto la antigua propuesta y reivindicación de los vecinos de Allende el Río, cambiando esa hostil bienvenida de ladrillo de antaño por la luz del agua y el sol. Pronto será un lujo contemplar la Dársena y el futuro Museo del Agua desde la carretera, e ir y venir de una a otra orilla sin la sensación de bordear un peligroso desfiladero por la acera. Solo espero que los árboles que acogerán los alcorques den pronto suficiente sombra para pasar el tramo en los días de calor.
La tercera, pues no hay dos sin tres, es también la imagen de una puerta, la de acceso al edificio que fuera sede de la Federación Católica Agraria, obra del no suficientemente valorado Jacobo Romero y que hoy es la sede de Caja Duero en nuestra capital. Recientemente reformado, y en camino de completar la reforma de los pisos superiores, el espacio del edificio que acoge las oficinas y sala de exposiciones se ha inundado también de luz irradiándola al exterior de nuestra Calle Mayor, casi de forma simétrica a la primera de las luces. Una perla más en la gestión de Luis Ángel Emperador, en quien intuyo por sus cualidades futuros logros personales y profesionales, mayores aún de los ya obtenidos.
En Palencia prenden y se apagan luces, surgen proyectos y se agotan otros pero, en general, hay quien sigue sin resignarse a dejarla morir como estaba. Y es de agradecer.

1 comentario:

guillermo dijo...

Saludos Enrique, me he paseado por tu página como si fuera una calle y he leído algunos post, con particular interés en el del aborto, que prácticamente refleja mi pensamiento con respecto al tema y me he quedado con el sabor en la boca en el relativo a Hernán Cortés, del que poco sé, a salvo de que la colonización de las Indias fue espectacular y únicamente superada en importancia histórica por el Imperio Romano.

En fin, un placer leerte y un abrazo fuerte. Tres mejor que uno.