viernes, 2 de mayo de 2014

BROTES VERDES VALEROSOS

Hace unos cuantos días coincidí en el banco con un antiguo vecino de la avenida de Viñalta, Allende el Río. Oscar Triana quien, entre ilusionado e inquieto, me contó deprisa su nuevo proyecto, el gimnasio ROOSGYM en la calle Romanceros, perpendicular a Manuel Rivera. Le felicité por su valentía y espíritu emprendedor, especialmente en estos tiempos, deseándole mucha suerte en su empeño, y recordé entonces las dificultades que afronta el sector en nuestra ciudad debido a la fuerte competencia del Patronato Municipal de los Deportes.

Soy el primero en sentirme orgulloso de la importancia que tiene el deporte en nuestra ciudad. Esta seña de identidad de Palencia se está reforzando con acierto mediante el apoyo decidido a toda clase de actividades deportivas, desde las individuales más sencillas -por todas, correr sin más, “sin que nadie te persiga” como dice el tío Fernando- y complejas como el golf, hasta las colectivas más populares como el fútbol o complejas y minoritarias hasta hace poco tiempo, como el rugby.

Sin embargo, para quienes intentan hacer del deporte un medio de vida y una actividad económica la competencia de una empresa pública cuyo déficit se asume con los fondos municipales, es decir con las aportaciones de todos nosotros con el argumento de los beneficios inmateriales que produce es, ciertamente, un perjuicio. Perjuicio que si no recuerdo mal se puso de manifiesto en varias ocasiones por el Partido Popular, cuando se encontraba en la oposición y acusaba al entonces equipo de gobierno de hacerse campaña invirtiendo en el Patronato y en perjuicio de la libre economía de mercado. No en vano siempre ha sido más fácil ser liberal en la oposición, cuando no se tiene la sartén por el mango.


Trébol de cuatro hojas. Tomo la imagen prestada del blog de Carolina Salas.

Más o menos en los mismos días de mi encuentro con Oscar he sabido también de la iniciativa de otra vecina de Allende el Río, Lidia Millán, ésta consistente en un gabinete de consultoría independiente de belleza de la multinacional Mary Kay, abierto recientemente en nuestra calle Mayor. Lidia concilia valerosamente, a duras penas en ocasiones, su actividad empresarial con su vida familiar, y ha capitalizado su prestación de desempleo para ser su propio jefe, dueña de su destino. La deseo mucha suerte.

Como le deseo también mucha suerte a Jesús, que gestionó hasta hace un par de años el Refugio de nuestro Monte el Viejo y ha puesto en marcha un nuevo Refugio volviendo a la vida un restaurante en la calle Gil de Fuentes, antes Queipo de Llano. El local, que los mayores recordarán como el Vidriales donde el padre del masón, pintor y torero Ercilio Núñez tuvo su negocio durante años, fue después Museo de la Cerveza y a continuación objeto de una remodelación eterna e inconclusa que pude seguir debido a tener entonces el despacho en el portal contiguo. Jesús ha superado una dura prueba hace poco, ha perdido una cuerda de su guitarra pero con voluntad y las restantes emprende de nuevo allí su actividad.


Señor Montoro, señor de Guindos, señores de la Comisión Europea y demás preclaros próceres y gestores ajenos a la realidad diaria, no se equivoquen. Esto que les cuento no son “brotes verdes”. Esto que les cuento, y otros de otros muchos emprendedores, son actos de coraje, de raza y de valentía. A Ustedes les corresponde ahora, antes de lanzar las campanas al vuelo, apoyarlos y respaldarlos. 

2 comentarios:

Carolina dijo...

Brotes verdes que darán sus frutos a estas personas, por la habilidad, el entusiasmo de salir adelante y sobre todo el mantenerse positivo.
No te preocupes por la foto del trébol, las que necesites de mi blog puedes utilizarlas. Justamente esta, la extraje de internet en su momento.

Gracias por tu visita.

Saludos

WALDEN dijo...

Gracias a tí!