lunes, 3 de marzo de 2008

LA COSA SE PONE FEA


A continuación transcribo una noticia tomada de la edición digital del Norte:


Al dueño del bar la Tejera, situado en la Avenida de Santander, y a los clientes que en ese momento se encontraban en el interior del establecimiento, no se les olvidará fácilmente el suceso vivido ayer cuando dos encapuchados armados entraron y desvalijaron el local de la capital palentina.El suceso se produjo poco antes de las 2 horas, cuando el bar estaba ya con las verjas a medio bajar. En ese momento, dos personas -según fuentes policiales de etnia gitana- accedieron al interior del local hostelero cubiertas con una media y pertrechadas con una pistola -la Policía Nacional investiga si el arma de fuego podía ser simulada- y un cuchillo, y se encontraron con los últimos clientes del día, amén del dueño del establecimiento. Según fuentes policiales, los atracadores -no se descarta que procedan de Palencia- podrían haber estado esperando al cierre del local para cometer el delito.Sea como fuere, lo cierto es que los dos encapuchados encañonaron a los clientes y les conminaron a entregarles sus carteras, alhajas y los teléfonos móviles, mientras se apoderaban de la recaudación del establecimiento y del dinero de las máquinas tragaperras. Según las testigos, los atracadores se tomaron su tiempo para cometer el delito, ya que, al parecer, permanecieron en el interior del bar más de diez minutos. Una vez provistos del botín, los delincuentes huyeron a toda velocidad del lugar en un coche robado antes en Valladolid.Hasta el bar acudieron agentes del Cuerpo Nacional de Policía y de la Policía Local, alertados del atraco, sin que pudieran encontrar a los autores del hecho delictivo. La Policía Nacional llevó a cabo la inspección ocular del local en busca de alguna huella que pueda facilitar la identidad de los dos atracadores y proceder a su detención.El pasado mes de diciembre, dos menores intentaron atracar otro bar, esta vez en la localidad de Frómista, también cubiertos y armados con una escopeta, pero el dueño del local evitó el atraco al forcejear y desarmar a uno de los menores.


A los que vivimos en Palencia esto tiene que servirnos de aviso. Las cosas van de mal en peor.

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