Esta era la vista de la Catedral a las 08.30 del día de hoy. La niebla, ahora disipándose, hacía por fín su aparición, como en los viejos tiempos ("Samaria, palacio del pretor ...").
Al pasar por los aledaños de Gaspar Arroyo pienso en estas primeras navidades que pasarán los afectados fuera de sus hogares, además de privados de algunos seres queridos. Recuerdo el humo que se extendió como una niebla de primavera por los alrededores durante días, tras la explosión. Y renuevo mi deseo de que nadie descanse hasta que se haga justicia y se sepa toda la verdad. A pesar de la niebla.
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